Denunciamos la injusticia climática que se acrecienta con las definiciones de los escenarios multilaterales en los que no se tiene en cuenta la responsabilidad diferenciada de los países del Norte y el Sur Global por la crisis.
Amigos de la Tierra Internacional nos movilizaremos en seis continentes el 13 y 14 de octubre de 2017 para demostrar que somos un movimiento ecologista mundial para alertar sobre la emergencia climática, luchar contra la energía sucia y las falsas soluciones y exigir la transformación de nuestro sistema energético para colocarlo en manos de los pueblos. Además, el 16 de Octubre se celebrará mundialmente el Día Internacional de la Soberanía Alimentaria, en este día el movimiento campesino y ambiental reafirma que sólo es posible acabar con la crisis alimentaria y climática en el mundo con soberanía alimentaria y una producción agroecológica.
¿Qué relación tienen estos dos temas? es simple, el sistema agroalimentario industrial genera entre el 44 % y 57 % de todas las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) al deforestar para las plantaciones, al inundar con fertilizantes, al transportar alimentos por todo el mundo, en la refrigeración, al generar desperdicios, entre otros. Juntar todas las partes nos permite entender la responsabilidad de este sistema en la emisión de GEI globales1. Además este sistema agroalimentario acapara los alimentos y decide qué comemos, muchas personas no pueden pagar el precio de los comestibles, los alimentos se han convertido en una mercancía y si no puedes costearlos se tiran. El sistema de producción, distribución y consumo de alimentos está diseñado únicamente para dar dinero a aquellas empresas del agronegocio que monopolizan de inicio a fin la cadena agroalimentaria. El sistema agroalimentario actual contribuye a la crisis climática y socava la soberanía alimentaria de los pueblos.
Mientras tanto, en los foros de alto nivel sobre cambio climático se discute cada vez más el papel de la agricultura, y se promueven diferentes iniciativas que “ayudarán a los agricultores/as a adaptarse al cambio climático y a mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero derivadas de las prácticas agrícolas”; sin embargo, estas iniciativas están fuertemente influenciadas por empresas y gobiernos que buscan proteger a la agricultura industrial y los sistemas alimentarios empresariales.
Actualmente, la agricultura campesina e indígena en pequeña escala esta bombardeada por la promoción agresiva de una serie de falsas soluciones para enfrentar el cambio climático, entre ellas podemos mencionar REDD+ o la de la agricultura climáticamente inteligente, estas iniciativas afirman beneficiar a los pequeños agricultores, pero la realidad es que la mayoría debilita la agricultura campesina y los sistemas alimentarios, al afirmar que las prácticas tradicionales de agricultura (especialmente los cultivos itinerantes) son la principal causa del cambio climático y la deforestación, y al despojar a los campesinos del acceso a la tierra y a los bosques o restringir lo que los campesinos pueden hacer con sus tierras.
Actualmente nuestros pueblos viven una catástrofe afectados por la crisis climática: el huracán Irma, el huracán María y la reciente tormenta tropical Nate – por mencionar algunas- dejaron destrucción a su paso en varios países de la región. Esto no es culpa de la naturaleza, es culpa del deterioro ambiental, la deforestación, es la construcción inadecuada, es la agricultura industrial, el uso de combustibles fósiles que promueven una fuente de energía obsoleta y un modelo de energía centralizado y anticuado, proyectos hidroeléctricos a gran escala, la minería, son las relaciones de producción y consumo del sistema capitalista neoliberal, las relaciones de poder de dominación que este sistema ha impuesto a la naturaleza y a los pueblos.
Por lo tanto:
Denunciamos la injusticia climática que se acrecienta con las definiciones de los escenarios multilaterales en los que no se tiene en cuenta la responsabilidad diferenciada de los países del Norte y el Sur Global por la crisis. Se siguen entregando garantías al modelo corporativo transnacional para avanzar en sus prácticas destructivas.
Rechazamos las políticas globales que buscan avanzar en la privatización, mercantilización y financiarización de la naturaleza, con falsas soluciones al cambio climático que buscan asegurar el modelo de consumo del Norte global y perpetuar las ganancias de las grandes corporaciones transnacionales.
Denunciamos las Megafusiones agrícolas Monsanto-Bayer, Syngenta-ChemChina y DuPont-Dow, que controlan el 67% de esta industria a nivel mundial.
Rechazamos que se promueva la agricultura comercial basada en el monocultivo de grandes extensiones de tierra y rechazamos totalmente a la introducción de semillas transgénicas. Enormes áreas de tierras agrícolas y ganaderas son destinadas a la producción de madera para celulosa (eucaliptos, pinos) de agrocombustibles ó monocultivos para exportación (soja, palma aceitera, caucho)
Promovemos la agricultura campesina e indígena, que recuperan todas las prácticas campesinas para hacer una agricultura sin pesticidas, fungicidas o herbicidas, que produce de forma integrada y en pequeña escala de cultivos y animales.
Fomentamos la soberanía alimentaria, que los agricultores puedan decidir qué cultivan, que tengan acceso a la tierra, al agua, a las semillas, y a los mercados locales
Consideramos que las soluciones de los pueblos son hoy la única posibilidad de revertir la catástrofe a la que nos enfrenta el sistema capitalista de producción y consumo: la soberanía alimentaria, la agroecología, el manejo comunitario de bosques, el manejo público – comunitario del agua, la soberanía energética, son caminos de construcción popular y nuestra posibilidad para el cuidado y la preservación de la vida.
¡Justicia Climática Ya!
¡Soberanía Alimentaria Ya!
Autor: ATALC