La Tierra tiene una corta tregua. Pero sigue pidiendo a gritos que se detenga la extracción y que se desintoxique la petrodependencia. Ya no tiene sentido extraer más crudo para hacer girar la vieja rueda, en su círculo adictivo y decadente.
El coronavirus puede servir para hacernos recordar que lo minúsculo es determinante en la Tierra. Y que, en la trama de la vida, realmente somos prescindibles.