¡Ante la intensificación de la crisis ecológica, no hemos dejado de actuar! Nos juntamos para hacer, proponer, construir, sanar, reorganizar. Con el conocimiento que da la cercanía con la tierra, las propuestas de pueblos y organizaciones ambientales son claras, contundentes y efectivas: luchas por dejar los hidrocarburos en el subsuelo, enfoques culturales regenerativos que se oponen al extractivismo, agricultura campesina para enfriar el planeta, perspectivas donde la energía se entiende como un bien común al servicio de la construcción de proyectos de vida. Una a una, estas visiones se enfrentan a las causas reales de la crisis al resolver desde las bases el antagonismo inherente entre la reproducción de la vida y el modelo económico capitalista de la muerte que nos ha traído al lugar en el que estamos hoy. Son ya varias décadas en las que organizaciones sociales y
ambientalistas de todo el planeta denunciamos de manera insistente los efectos directos que sobre la naturaleza impone un sistema económico que desprecia la vida, ¡y lo vamos a seguir haciendo!